Premian a guatemalteco por tecnología de cadena de bloques (blockchain) para conteo de votos. Carlos Toriello Herrerías es un joven emprendedor guatemalteco apasionado de la tecnología e innovación aplicadas a la educación cívica, quien busca incidir en la forma en cómo se lleva a cabo el proceso electoral en el país, porque cree firmemente en que debe modernizarse. ”Si los buenos no participan, las cosas no van a cambiar”, es una frase que define la causa que emprendió Toriello, conoce y relata la historia democrática del país de principio a fin, incluso, relata que en una ocasión entrevistó al hijo del primer presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Guatemala, Arturo Herbruger Astúrias, con el objetivo de comprender cómo surgieron las bases que ahora lo definen.
Esa pasión nació desde la época universitaria, luego de graduarse de Bachiller en Ciencias y Letras en 2004, ingresó a una de las universidades públicas más antiguas de Estados Unidos, la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, donde estudió las Artes Liberales de la Economía y el Emprendimiento hasta 2009. En esa etapa conoció y experimentó todo lo relacionado a la cultura del servicio público, porque es una de las acciones que promueve la institución educativa a sus estudiantes, “al ser voluntario, uno obtiene más de lo que da”, afirma Toriello. Después de la universidad, trabajó por dos años para una empresa multinacional en Belice y Costa Rica, y decide regresar a Guatemala para apoyar a su padre en nuevos proyectos empresariales familiares y vivir con su abuelo, a esa época de su vida la define como valiosa porque sus dos pilares se convirtieron en sus mentores tanto en el aspecto profesional como personal. “Experiencia cívica enriquecedora” Eran las elecciones del 2011 y lo convocaron a participar como presidente de una Junta Receptora de Votos (JRV), todo un reto para el joven que desconocía detalles de este movimiento de voluntarios. “Me enamoré de esa labor, las elecciones son la experiencia cívica más enriquecedora para sus ciudadanos, porque el Estados somos todos, y el gobierno son los mandatarios, por lo tanto, el voto es el momento en que elegimos por un tiempo definido a nuestros representantes”. Esa experiencia lo llevó a participar en los siguientes procesos electorales hasta el último que fue en el 2019 cuando los guatemaltecos salieron a las urnas y eligieron a Alejandro Giammattei como presidente de la República de Guatemala. Fue en estas últimas elecciones que Toriello se convenció que debía hacer algo para cambiar la forma de auditar los votos, luego de la controversia que surgió por fallas de la página de resultados preliminares del TSE.
¡Juntos contamos los votos! Es ahí cuando surge la idea de #Fiscal_Digital que busca que el papel carbón (tecnología inventada en 1801), utilizado para crear, a mano, los duplicados, triplicados y certificaciones que los voluntarios de las JRV y fiscales de mesa obtienen sea reemplazado por una única copia digital, inmutable y accesible de inmediato. Toriello explica que una “certificación blockchain” (tecnología inventada en 1991), la tecnología de seguridad digital más avanzada del mundo, es la herramienta que permite hacer que el voto en Guatemala sea el más seguro del mundo. #Fiscal_Digital nació con el apoyo de la Fundación Herencia Cultural Guatemalteca y otros 27 patrocinadores locales e internacionales para auditar las elecciones. Se formó un equipo de desarrolladores guatemaltecos, y profesionales extranjeros, involucrando a más de 1 mil 500 personas, principalmente jóvenes, quienes para enero 2020 ingresaron más de 145 mil digitaciones en base a los duplicados de informática entregados el 21 de junio del 2019, logrando validar más de 18 mil actas de las 126 mil “duplicadas” entregadas por el Departamento de Informática del TSE a la fecha. “Debemos modernizar y actualizar el sistema electoral y la mayor responsabilidad recae sobre el trabajo administrativo y autónomo del TSE. No podemos permitir que incumplan más. Con el corazón de la democracia, no se juega”, destacó Toriello.
Fuente: Prensa Libre, 15 de febrero 2020