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10 palabras inventadas por D’Annunzio

El término “scudetto” en el fútbol, las palabras “tramezzino” y “velivolo”, el nombre “Ornella”… ¿Sabías que estas, junto con muchas otras palabras que usamos a diario, son producto de la imaginación del poeta Gabriele D’Annunzio?

 

Scudetto. El pequeño triángulo tricolor que, desde 1925, se aplica en las camisetas del equipo que gana el Campeonato italiano de fútbol, fue “inventado” por Gabriele d’Annunzio. De hecho, el símbolo se inspira en el “scudetto” que el poeta quiso aplicar al uniforme usado por los italianos en un partido de fútbol organizado durante la ocupación de Fiume.

 

Tramezzino. Nació en Turín (para ser precisos, en el café Mulassano) en 1925 y estaba relleno de mantequilla y anchoas. Algunos años después, se enriqueció con numerosas variantes y, sobre todo, encontró el nombre con el que aún se conoce hoy: “Ci vorrebbe un altro di quei golosi tramezzini…” exclamó d’Annunzio durante una visita al histórico café turinés.

El término, que pretendía ser la respuesta italiana al sándwich inglés, probablemente proviene de la palabra “tramezzo” (“Elemento colocado en medio de dos o más elementos”, según la definición del diccionario Treccani).

 

Velivolo. “Que va y parece volar con las velas”: este es el significado de la palabra “velivolus” (velivolo), el “término de dorada latinidad” que, según d’Annunzio (poeta convertido también en experto aviador), es perfecto para indicar el nuevo medio de transporte. Es el año 1910 y durante una conferencia sobre el “Dominio dei cieli” (Dominio de los cielos), el poeta explica detalladamente las razones: “La palabra es ligera, fluida, rápida; no enreda la lengua ni engancha los dientes; de fácil pronunciación, al tener cierta similitud fonética con el vehículo común, puede ser adoptada tanto por el culto como por el inculto”

 

 Automobile (en femenino). Cuando se inventó, el automóvil era referido casi en todas partes en masculino. Esto sucedió en Francia (donde cambió al femenino solo después de la intervención de los lingüistas), en España (donde aún hoy ha mantenido el género original) y, hasta 1926, también en Italia. Ese año, de hecho, D’Annunzio (que en ese momento era reconocido como una autoridad en lingüística) declaró que “automobile es femenino. Tiene la gracia, la esbeltez, la vivacidad de una seductora; además, tiene una virtud desconocida para las mujeres: la perfecta obediencia. Pero, por otro lado, tiene la despreocupada ligereza para superar cualquier aspereza, como las mujeres”. Y así, “Automobile” (femenino) fue.

 

Ornella.  La actriz Ornella Muti debe su nombre artístico (en realidad, la actriz se llama Francesca Romana Rivelli) indirectamente a D’Annunzio: fue el poeta abruzzese quien, de hecho, acuñó este nombre de pila y lo utilizó para uno de los personajes de la tragedia “La figlia di Jorio” (1904). Sin embargo, según el Dizionario Storico dei Nomi italiani della Utet (Diccionario histórico de nombres italianos de Utet), ya en 1900 había una persona registrada con ese nombre en el registro civil italiano.

 

La Rinascente. En 1865, los hermanos Luigi y Ferdinando Bocconi abrieron la primera tienda en Italia donde se vendían prendas de vestir preconfeccionadas, ubicada en via Santa Radegonda en Milán. En 1917, el gran almacén fue destruido por un incendio y posteriormente reconstruido. En esa ocasión, Gabriele d’Annunzio lo rebautizó como “Rinascente”, una marca con la que aún hoy se identifica lo que, entretanto, se ha convertido en una cadena de tiendas presente en 12 ciudades italianas.

 

Vigili del fuoco. En su creación en 1935, el Cuerpo Nacional fue creado para realizar servicios de prevención de incendios y protección civil, derivó su nombre del cuerpo francés homólogo: los bomberos. Tres años después, en plena autarquía cultural, se abandonó el galicismo y se reemplazó por “Vigile del Fuoco”. En este caso también, la idea fue de Gabriele d’Annunzio, quien se inspiró en los “vigiles” de la antigua Roma.

 

Fusoliera (fuselaje). La palabra que hoy en día indica la parte del avión “de forma alargada en la dirección del movimiento”, según la definición del diccionario Treccani, y destinada a la tripulación, pasajeros y carga, fue utilizada por primera vez por Gabriele d’Annunzio en la novela “Forse che sì, forse che no” (1910): ““… immaginò di ritrovarsi nella lunga fusoliera che formava il corpo… tra i due vasti trapezii costrutti di frassino….”

“…imaginó encontrarse en el largo fuselaje que formaba el cuerpo…entre los dos vastos trapecios construidos de fresno…”. 

La marca SAIWA. Al principio, era una pequeña pastelería que nació en Génova en 1900. Su especialidad eran los “sugar wafer”, galletas inglesas que el propietario había conocido durante un viaje a Gran Bretaña. En el transcurso de veinte años, la producción aumenta, se amplía la distribución y.… la “pequeña pastelería” se convierte en una de las primeras producciones industriales de productos horneados. Cambia de sede y nombre: en 1922 se convierte, por sugerencia de d’Annunzio, que era un consumidor satisfecho, en la Società Accomandita Industria Wafer e Affini. Así nació (a partir del acrónimo) la SAIWA.

 

Milite ignoto. Algunos atribuyen también a d’Annunzio la definición de “milite ignoto”, con la cual, desde 1921, se designa al militar italiano no identificado, caído en la Primera Guerra Mundial y enterrado en el Altare della Patria en Roma. Sin embargo, no existen documentos que demuestren que la expresión fue efectivamente acuñada por el poeta, aunque está confirmado que d’Annunzio desempeñó un papel fundamental en la selección, entre los cadáveres no identificables recuperados en los campos de batalla, del que más tarde se convertiría en el símbolo de todos los caídos y desaparecidos de la Primera Guerra Mundial.

 

 

Fuente: (Graziosi, 2016)