Empresario agrícola, productor (también de vino), partidario histórico de Slow Food, entusiasta del vino italiano (gracias a la conexión histórica de su familia con los Frescobaldi), e incluso sumiller honorario: así es también su majestad el rey Carlos III de Inglaterra, que llegó al trono tras la muerte de su madre, la reina Isabel II. Un rey, Carlos de Inglaterra, que siempre ha estado atento a las cuestiones agrícolas. No sólo como productor de alimentos ecológicos, agricultor y bodeguero en su finca Highgrove House, en Gloucestershire. Sino también como defensor de los agricultores británicos, por ejemplo, con “The Prince’s Countryside Fund”, lanzado en 2010, como Príncipe de Gales, para apoyar a las familias de agricultores en el Reino Unido. Pero el rey Carlos es desde hace mucho tiempo un amante de Italia y de su patrimonio vinícola, agrícola y gastronómico, como se desprende de tantos reportajes de WineNews a lo largo de los años. Empezando por la histórica amistad de la familia Windsor con la familia Frescobaldi, que desde hace setecientos años mantiene relaciones con la Corona británica, de la que, para el vino y el aceite, es un proveedor histórico, también gracias al conocimiento personal de Bona y Vittorio Frescobaldi, con la casa real, que fueron de los pocos italianos entre los invitados a la boda de Guillermo, hijo de Carlos, con Kate Middleton, a la que donaron el Brunello di Montalcino Riserva di Castelgiocondo, sin olvidar la visita de Carlos a la Toscana en 1986.
“Fue en abril de 1986”, recuerda Lamberto Frescobaldi, a WineNews, “y Carlo vino la primera vez con una nieta, luego volvió con Lady Diana, y junto con mi madre, en señal de amistad, plantó un olivo y una vid en Nipozzano. Y de ese olivo siempre recogíamos aceitunas y le dábamos a Carlos, cada año, una botella simbólica de Laudemio… Es una verdadera amistad con mi familia, Carlo era un invitado en la casa de mis padres, no en un hotel. Con mi madre visitaron muchas cosas, las ciudades importantes, pero también muchos pueblos, algo que no era habitual en la época, como San Gimignano y Montalcino, la tierra del Brunello (la foto junto a Vittorio y Bona Frescobaldi en el Caffè Fiaschetteria Italiana 1888, un café creado por Ferruccio Biondi Santi, el inventor del Brunello, en el centro histórico de Montalcino, en 1888, ed.) Su amistad comenzó con mi madre Bona y mi padre Vittorio, que cultivó esta relación con el Príncipe Carlos, ahora Rey. Que es un amante de la naturaleza, del campo, de la buena administración del campo, de la tierra, él mismo es productor, y ha llevado a Inglaterra visiones de la agricultura más respetuosas con el medio ambiente. Está atento a la ética, es un amante de toda Italia y de la Toscana en particular”. Un vínculo, pues, el de Carlos III con el vino italiano, que ya había florecido en los años ochenta, y que también se reforzó en 2017, cuando como Príncipe de Gales, junto a su consorte, Camilla Parker Bowles, duquesa de Cornualles y ex presidenta de la Asociación de Viñedos del Reino Unido, en Florencia, en Villa Michelangelo, se reunió personalmente con numerosas personalidades del vino italiano, desde Jacopo Biondi Santi, a la sazón al frente de Tenuta Greppo Biondi Santi en Montalcino y de su finca en Scansano en la Maremma toscana Castello di Montepò, a Giovanni Manetti (Fontodi), en el Chianti Classico, de la familia Antinori a Vittorio Moretti, patrón del grupo Moretti (que incluye Bellavista, Contadi Castaldi, en Franciacorta, Sella & Mosca en Cerdeña y Teruzzi, en San Gimignano), así como, por supuesto, la familia Frescobaldi), en el encuentro organizado por Franco Ricci, patrono de la Fundación Italiana de Sumilleres (Fis), quien, en esa ocasión, entregó a Carlo y Camilla el diploma de Sumiller de Honor.
Un rey amigo del vino italiano, pues, y también de Italia en su conjunto, incluso en el ámbito agroalimentario. A quien también conoció gracias a la inestimable labor de Carlin Petrini, fundador de Slow Food, quien, conociendo la sensibilidad de Carlo en materia agrícola, le invitó al Salone del Gusto, en 2004, junto a Carlos de Inglaterra, quien, junto a Petrini, visitó también el Banco del Vino, se enamoró del proyecto Slow Food, y se convirtió en su entusiasta promotor en Inglaterra. Otra amistad nació con Petrini, con quien Carlo, entre otras ocasiones, se reencontró en Florencia en 2017, en el Magazzini del Sale del fallecido chef Fabio Picchi, donde Petrini les habló a Carlo y a Camilla del valor de los productos artesanales de las zonas afectadas por el terremoto que devastó parte del centro de Italia. Y no faltan las curiosidades, como cuando, en 2009, el entonces Príncipe Carlos confió al chef estrella y charcutero Massimo Spigaroli, de la Antica Corte Pallavicina, sus cerdos de antiguas razas inglesas, para conocer su potencial. Amante del vino italiano, preocupado por las cuestiones medioambientales y por la agricultura tanto tradicional como innovadora, Carlos III, que hace pocos meses, en mayo de 2022, se abrió a la genética verde, anunciando que “el proyecto de ley sobre tecnología genética (cría de precisión) desarrollará el potencial de las nuevas tecnologías para promover una agricultura y una producción de alimentos eficientes y sostenibles”.
Un compromiso que también se refleja en el escueto anuncio oficial del acceso de Carlos al trono, tal y como se recoge en la página web oficial de la Casa Real Británica, en la que se puede leer: “El Rey Carlos III, antes conocido como Príncipe de Gales, nació en 1948 y se convirtió en heredero designado con el acceso de la Reina Isabel II en 1952. Como Príncipe de Gales, Su Majestad se ha interesado activamente en todos los ámbitos de la vida pública durante décadas. Además de sus deberes oficiales y ceremoniales en el Reino Unido y en el extranjero, el Rey ha desempeñado un papel decisivo en la creación de más de 20 organizaciones benéficas a lo largo de 40 años, entre ellas el Prince’s Trust y la Prince’s Foundation. Su Majestad ha colaborado estrechamente con muchas organizaciones, apoyando públicamente una gran variedad de causas relacionadas con el medio ambiente, las comunidades rurales, las artes, la salud y la educación”. Así que este también es el rey Carlos III de Inglaterra, un príncipe que, en la historia británica, ha esperado más que nadie antes de subir al trono, y que parece tener las ideas claras en temas como la agricultura ecológica, la arquitectura y el desarrollo sostenible. Lo cual, dada la influencia de la monarquía inglesa, en cuanto a visiones y opiniones, tiene un alcance mucho mayor que el Reino Unido y los 56 países que forman parte de Commowealth, podría marcar a su manera un punto de inflexión en la relación entre la agricultura, la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático, la verdadera emergencia del mundo entero.
Fuente: WineNews (8 de sep 2022) obtenido de: https://winenews.it/en/