“Llevamos más de diez años invirtiendo en sostenibilidad, así que me crea, si le digo que para embotellar el agua no hay nada más ecológico del plástico. Siempre que sea plástico reciclado ». Enrico Zoppas es el presidente de San Benedetto, el primer Grupo en Italia por los volúmenes de agua y bebidas vendidos. También fue la primera empresa del Sector que en el 2009 firmó un protocolo con el Ministerio de Medio Ambiente, para reducir las emisiones de CO2.
“Es una cuestión de equilibrio energético”, explica el Presidente: el vidrio es un recipiente con un alto consumo de energía y lo mismo es cierto para las botellas de agua en aluminio(pachones), que van mucho de moda en este periodo pero creo nunca reemplazará el consumo de agua en
botella, porque esto es más seguro “.
Para sus botellas, San Benedetto usa hasta el 50% de Pet reciclada, el máximo al cual hoy podemos llegar por ley, «pero estamos cambiando gradualmente nuestros planes para llegar al 100% – asegura el Presidente: la innovación para nosotros es importante, invertimos 50 millones cada año en nuevas tecnologias ». Ya hoy las botellas de agua San Benedetto de medio litro pesan solo 8,7 gramos cada uno, entre las más livianas en el mercado.
El grupo se está preparando para cerrar el 2018 con 764 millones de euros de ventas, solo 8
más que en 2017 – y 4,6 mil millones de botellas vendidas – “El agua ahora constituye menos de la mitad de San Benenedetto – dijo Zoppas – hasta hace tres o cuatro años su consumo mostraba un mas alto crecimiento, ahora aumentan menos. Las bebidas tradicionales incluso se han visto reducido su consumo, debido a las campañas contra el consumo excesivo de azúcar.
El único segmento que crece es el de bebidas salutables. Y luego en Italia la competencia de precios es
alto – por la botella, son los más bajos de todos los productores de agua y de bebidas de Europa – especialmente en a nivel local, ahora lo productores de agua pura son cien y se encuentra una competencia despiadada.
Sin embargo, San Benedetto no solo produce en el Italia, tiene otras cinco plantas además de la sede veneciana de Scorzè: «En España está presente desde los años 90 – dice Zoppas – en
Hungría y Polonia al contrario, antes empezamos con una empresa conjunta con Danone, y luego preferimos comprar todas las acciones de las dos fábricas. Hoy queremos crecer solos, lo suficiente, sin acuerdos con otras multinacionales, eventualmente miramos a nuestro alrededor y con cautela valoramos las nuevas adquisiciones, tanto en Italia como en el extranjero.
Nuestra deuda es baja, y el panorama de las aguas locales son interesantes».
Fuente: Il Sole 24 Ore, 17 de abril 2019