En este momento donde por evitar contactos las personas tienen que quedarse en la casa, el uso de robots para mantener viva la economía y los niveles de producción, no obstante la reducción del personal ocupado y para asegurar las distancias entre las personas, parece ser una excelente solución. Es difícil pensar en una producción sin seres humanos, pero se puede imaginar de utilizar la robótica y la automatización para hacer seguros los entornos de trabajo y mantener activas la infraestructura y las producciones estratégicas de un país.
La emergencia de Covid-19 está dando un fuerte impulso a la investigación. En el panorama de soluciones robótica alineada para contrarrestar la pandemia es China el líder, no solo porque fue el primer a ser afectado, pero también por la elección estratégica para automatizar y robotizar intensamente hospitales, especialmente con carritos-robots que llevan comida o suministros médicos en las instalaciones. Robots de servicio, generalmente utilizado para entretenimiento o información, han sido equipados para detectar la temperatura corporal en los aeropuertos, en las estaciones de ferrocarril y en las calles.
En Italia, desde el 27 de marzo, el Hospital Circolo de Varese ha contratado a 7 robots, para ayudar a médicos y enfermeras. Gracias a las cámaras de alta definición montadas en la cabeza (están equipadas con un monitor que reproduce los ojos, la nariz y los oídos), pueden controlar la saturación de los pacientes, la frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria y la presión arterial. A través de un micrófono incorporado, permiten a los médicos y enfermeras de comunicarse con el paciente de forma remota en tiempo real.
El primero se llama Tommy, así lo ha nombrado con el mismo nombre de su hijo, el Profesor Francesco Dentali, Director del departamento de Medicina de Alta Intensidad del Hospital de Varese, muy satisfecho con estos refuerzos.
Son máquinas, pero estos robots con una cara bonita y el tamaño de un niño, también tienen una humanidad reflejada: a través de ellos, de hecho, los médicos y las enfermeras también pueden hablar con el paciente y, si no tienen el C-PAP (el casco para ventilación mecánica a presión), el paciente puede responder.
La start-up de la Región de Veneto en Italia, que los creó se llama Omitech y hace cinco años ya había comenzado un camino de experimentación e investigación en robótica que llamaba Vivaldi: «es una inteligencia artificial que controla y adapta el comportamiento de los robots con los humanos y el medio ambiente. Los pacientes con coronavirus tienen un alto índice de contagio y solo puede ponerse en contacto con ellos equipados con equipos de protección personal que, como se sabe, no son fáciles de encontrar. Los robots permiten superar fácilmente este problema. Pero también son útiles porque ayudan a moderar el aislamiento de los pacientes con virus del corona, que son casi todos ancianos, lo que permite comunicar con ellos de forma remota. Ciertamente no podrán eliminar por completo la presencia del personal de salud, pero seguramente lo complementan perfectamente.
Probablemente, está crisis nos ayudará a desarrollar soluciones importantes también en el campo de la robótica y quizás también esto podría ayudar a mejor la condición de vida del ser humano.
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