Es 1920 el mercado de lápiz, mejor conocido como lápices, está dominado por extranjeros. Un grupo de nobles florentinos lanzó su desafío al fundar los lápiz Fila, Fabbrica italiana y otros relacionados.
Dos años después, 4 millones de piezas ya salen de las fábricas en la capital toscana. La escena cambia en el año 1956. La compañía atraviesa un período difícil y uno de sus empleados decide hacerse cargo y relanzarlo. Se llama Renato Candela y su hijo Alberto la hará grande otra vez. Su sobrino Massimo la llevará a conquistar el mundo.
Fuente: web, 13 enero 2020