El distrito de artículos de cuero de lujos de Firenze no se detiene y atrae aún inversores, esta vez gracias a la intervención de Cassa depositi e prestiti (Cdp) que tiene en billetera, con la misión de ir a lotificar, una gestión compleja de más de 28 mil metros cuadrados cubiertos, construida hace 25 años para el Ministero delle Finanze en la localidad de Scandicci, el corazón productivo de la Bolsas de alta gama, y nunca antes utilizado. Ese edificio llamado por todos “il Palazzaccio” se va a “convertir en el nuevo barrio productivo de los artículos de cuero” de Yves Saint Laurent (Ysl), marca francesa del coloso del lujo Kering por ahora segundo en términos de ventas solamente al gigante “Gucci”.
La negociación está en las etapas finales (el contrato debe firmarse en octubre) y contempla el alquiler por veinte años del inmobiliario, que Cdp restaurará parcialmente antes de la venta. Ysl, por su parte, está listo para apoyar el trabajo millonario para transformar esos símbolos, complejo de degradación y de abandono en una “fábrica inteligente “, formado por un centro de desarrollo de bolsas y mochilas y por un centro de producción, el primero del género de la marca en Italia. El municipio de Scandicci ya tiene anunciada la posibilidad de cambiar el destino del inmueble de direccional a productivo.
La marca francesa, guiada por la italiana Francesca Bellettini y en un fuerte crecimiento en los últimos años (1.7 mil millones en facturación en 2018, + 20% en el primer semestre de 2019), tiene la intención de usar los 28 mil metros cuadrados del complejo, replicando en sustancia lo que hizo al “primo” Gucci con Scandicci’s ArtLab, la innovadora Fábrica dedicada al cuero y al calzado de cuero (37 mil metros cuadrados y 800 empleados) inaugurado en abril 2018, que representa la mayor inversión industrial en la historia de la marca, por 100 millones de euros.
Para Yves Saint Laurent, no será una gran inversión de campo, pero una reestructuración “fuerte” que confirma la voluntad del grupo Kering de invertir en la manufactura de calidad en el distrito Fiorentuno; una ciudad de líder mundial en “know-how” y servicios para la industria del cuero, acelerando el proceso de internalización de las producciones que las grandes marcas han comenzado hace mucho tiempo.
La estrategia de traer nuevamente las producciones dentro de la empresa, para poder controlarlos mejor y administrarlos, está empujando una oleada de inversiones nunca antes vistas hasta ahora en el distrito fiorentino: más de 100 millones el valor de proyectos en construcción por parte de grandes marcas y trabajadores familiares que se ven obligados a modernizar para responder a las necesidades y tiempos de las marcas clientes.
La última operación es la del grupo suizo de lujo Richemont que invirtió dos millones de euros para ampliar la planta de Scandicci, adquiriendo dos mil metros cuadrados de la cercana Ab
Florence (se inaugurará en una semana). Con esta operación, Richemont Leather Goods dirigida por Giacomo Cortesi, concentra el desarrollo industrial y la producción de la mayoría de las marcas de moda del grupo, de Cartier a Dunhill, de Serapian a Purdey, además de centralizar el control de los materiales de Alaia y Chloè.
Quince son los reclutamientos en el programa, esperando otros 50 en 2023, cuando la rotación en la industria debería pasar de 130-140 millones a 350. Sin embargo Cortesi es prudente: “En este momento no hay área del mundo que sea serena y en completa expansión: en China viajan menos y compran menos; en Hong Kong las protestas han detenido la economía; en Estados Unidos hay un presidente peleonero; el medio oriente tiene un precio del petróleo todavía demasiado bajo y la situación del Brexit condiciona la Europa”. El trabajo de cuero en Firenze, para mientras, no parece verse afectado por este escenario. En el primer trimestre del año las exportaciones de bolss del distrito han marcado incluso + 65% en valor (llegando a 1,1 mil millones, gracias a un crecimiento de 445 millones), después que el entero 2018 había cerrado con casi 3 mil de millones de exportaciones (+ 13,6%).
Y ahora entre las inversiones en programa, lo que hacen sonreír a las instituciones, hay tres fábricas de bolsas del grupo principal de lujo en el mundo, el francés Lvmh: una de las marcas de Celine en Radda en Chianti (Siena), que estará abierto dentro del año (5 mil metros cuadrados en la anterior fábrica de muebles Laca, inversión de unos 20 millones); uno de la marca Fendi en Bagno a Ripoli, cerca de Fienza (13 mil metros cuadrados cubiertos en el antiguo Horno Brunelleschi, invirtiendo unos 40 millones), para el cuales comenzaron hace 4 meses los trabajos de demolición del edificio antiguo; y el tercero de Louis Vuitton en Reggello, a sur de Firenze (5 mil metros cuadrados), cerca del centro para el desarrollo de muestras que ya posee, que se abrirá – segundo lo que anunció el CEO Michael Burke: para el 2020. Se están creando cientos de nuevos empleos planeados, que reabran el debate acerca de la formación del personal, tema que se convierte en la espina en el costado del distrito. Las grandes marcas empezaron a capacitarse los empleados “en la casa”, con colegios y academia propias o financiadas, mientras que los terceros corren el riesgo de verse “robar” el personal capacitado.
Fuente: Il Sole 24 Ore, 27/08/2019